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Pleasantville

  • Foto del escritor: bernnydavid
    bernnydavid
  • 6 jun 2018
  • 3 Min. de lectura


Pleasantville es una película que nos habla de la parálisis y del sufrimiento, pareciera dejar en evidencia como la gente prefiere perderlo todo a perder un poco, esto por la incapacidad asumir que no somos seres completos. Hay una necesidad de vivir el anhelo de la igualdad y la seguridad que tiene como fin evitar el sufrimiento que causa la diferencia.

Y es que en la vivencia de lo cotidiano se juega la economía del deseo, el estar en la balanza entre el goce (satisfacción en la insatisfacción) y el deseo, entre el estar paralizado, estático, en la seguridad de lo que se es conocido o bien el arriesgarse a vivir. Y a pesar de que en ambos casos hay sufrimiento, sacrificio y esfuerzo, el deseo permite de un modo un poco más sano vivir eligiendo de un modo un tanto más consciente y con determinación.

Para acercarnos a estos fenómenos basta con descubrir como en la película los hermanos, David y Jennifer, son teletransportados al mundo ficticio de Pleasantville, una serie clásica de la televisión en blanco y negro donde es “Tiempo de Tele”, es tiempo para mundo ideal en el cual los valores familiares, la alimentación adecuada, el sexo seguro invitan a retroceder a “tiempos más amables y agradables”, donde no hay lugar para las crisis ni los conflictos.

Las anteriores son algunas de las premisas que invitan al televidente a ser parte de Pleasantville, en la cual el Goce como mecanismo de defensa invade el espacio, hay un ambiente totalmente seguro, sin riesgo a equivocarse, un mundo en el cual todo es estándar, no hay opción para el cambio de valores ni para la novedad, es el lugar “perfecto” en cual no llueve pero todo se mantiene verde, no pueden haber incendios pero hay un cuerpo de bomberos.

Los anteriores no son los únicos ejemplos, en el caso de la cena está siempre lista a la misma hora, los papeles y roles son inamovibles, sin espacio para la intimidad. Y es en medio de tanta aparente paz y perfección que se puede hablar de un Goce desmedido, puede parecer placentero, pero si se llega a cuestionar lo que está sucediendo quedará claro que hay placer que limita donde se vive lo que otros quieren.

Se puede decir hay sufrimiento sin responsabilidad ya que la certeza es responsable de que la vida sea estática ya que nunca lloverá, siempre se enseñará los mismo en el colegio, los libros poseen las hojas en blanco, o el ordenar todos los días las mismas hamburguesas y que solo en cada navidad puede haber algo de color.


Así las ilusiones alejan el deseo y conducen al goce, la totalidad, el todo o la nada, el blanco y el negro, la enajenación de las personas que responden al alma colectiva que según Freud, hace a la masa sentir, pensar y obrar de una forma completamente distinta a como lo haría de forma aislada, así la personalidad individual desaparece convirtiéndose en un autómata sin voluntad.

Ahora bien alguien puede refutar y preguntar qué malo hay en la rutina, en el vivir una vida tranquila, una vida como la de Pleasantville, agradable, en la cual la ley no juega un papel ya que todo está establecido.

Siendo posible contestar con otra pregunta: ¿es eso vivir?, el dejar que la vida pase de lado sin cabida al cuestionamiento, sin algo de incertidumbre o la posibilidad de existir un movimiento, un cambiarse de lugar y no vivir siempre en lo esperado, en lo que quiere el Otro, sin posibilidad de preguntarse qué es lo que se quiere, qué me produce pasión, aun a pesar del sufrimiento.

De ahí que de lo que se trata es de hacer las cosas con coraje, haciéndose a sí mismo violencia para lograr algo significativo, aquello que se desea, eso sí pagando el precio por estar vivo, no muerto en la rutina, en el goce. Así la aventura que vivieron los personajes David y Jennifer en el pueblo apacible y conservador de Pleasantville, generó un impacto sacando de la inmovilidad al pueblo ayudándoles a descubrir emociones, pasiones y el abanico de colores y de posibilidades que tiene la vida.


Título original Pleasantville Año 1998 Duración 121 min. País Estados Unidos Estados UnidosDirección Gary RossGuion Gary RossMúsica Randy NewmanFotografía John LindleyRepartoTobey Maguire,  Jeff Daniels,  Reese Witherspoon,  Joan Allen,  William H. Macy, J.T. Walsh,  Paul Walker,  Don Knotts,  Marley Shelton,  Natalie Ramsey, Jane Kaczmarek,  Marc BlucasProductora New Line Cinema / Larger Than Life productionGénero Comedia. Drama. Fantástico. Romance | Vida rural (Norteamérica). Años 50

 
 
 

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Berny Díaz

psicólogo 

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